Una buena visión está en la base de un aprendizaje efectivo

El Diario de Mallora, en su edición del 25 de agosto, ha publicado un reportaje que profundiza en la relación entre la visión y el aprendizaje, y el papel que juega la terapia visual para mejorar la visión y, por lo tanto, el rendimiento escolar de los niños. Repoducimos aquí el reportaje:


Entre un 15% y un 30% de los problemas de aprendizaje tienen como origen un problema visual no diagnosticado, según diversos estudios. Se conoce también que un 30 % de la población escolar sufre algún tipo de disfunción visual que puede conducir a problemas de aprendizaje. Se da la circunstancia, además, que algunos síntomas de patologías que producen importantes problemas de aprendizaje como el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) coinciden con los que generan problemas visuales como la insuficiencia de convergencia, que se produce cuando los dos ojos no trabajan de manera coordinada y efectiva. Estos datos nos sirven para avalar la recomendación de realizar revisiones visuales periódicas a edades tempranas, que nos servirán para detectar las posibles disfunciones visuales y descartar otras causas de los problemas de aprendizaje.

Para darnos cuenta de la importancia de la visión, debemos imaginar a un niño que padece un problema visual no detectado, y que ve borroso al intentar leer. Su ritmo de aprendizaje de la lectura será muchísimo más lento que el de sus compañeros de clase. El sentirse diferente a los demás puede tener otras consecuencias, que se traducen en problemas de comportamiento y de relación con los demás. Dicho de otro modo, un problema de visión puede generar un caso de fracaso escolar que podría haberse evitado.

Un elemento clave es tener una buena visión binocular, garantizar que los dos ojos trabajan de forma efectiva y coordinada. Existen disfunciones visuales más comunes (miopía, hipermetropía, astigmatismo) que se detectan fácilmente, “pero una buena visión binocular puede ser la clave que establece la diferencia entre el éxito y el fracaso escolar”, según Julio Moreno, director clínico y especialista en Terapia Visual en Ópticas Florida en Inca. Según Moreno, “el tratamiento específico resulta más eficaz cuanto más joven es la persona”. Debe tenerse en cuenta que en los seis primeros años de vida es cuando se desarrolla la visión. En las consultas optométricas, además, “trabajamos partiendo de la base que una agudeza visual del 100% (es decir, ver correctamente con unos ojos sanos), puede no ser suficiente para tener una visión eficaz”, explica Julio Moreno. Hay que ver bien, pero también hay que interpretar y procesar correctamente lo que se ve. A veces, la solución no está en la prescripción de gafas correctoras. En estos casos es cuando la Terapia Visual adquiere un papel importante.

Terapia Visual

Del mismo modo que podemos entrenar a nuestro cuerpo para adquirir unas determinadas habilidades que nos permiten practicar deporte, podemos entrenar también a nuestro sistema visual. Según Julio Moreno, “algunos de los problemas relacionados con la visión y el aprendizaje se pueden resolver mediante un programa de terapia visual”. Se trata de aplicar diversos ejercicios, que pueden variar en función del problema a tratar, que ayudan a utilizar la visión de manera más eficaz, con el objetivo de mejorar el rendimiento en las actividades diarias y el aprendizaje. “Con la terapia visual podemos mejorar el rendimiento en la lectura”, según Julio Moreno, que añade: “Los optometristas trabajamos para conseguir de nuestros pacientes una buena visión y las habilidades necesarias para procesar bien la información que reciben”.

La Terapia Visual resulta útil y recomendable cuando es necesario mejorar el rendimiento lector, o cuando aparecen problemas de aprendizaje al existir problemas de convergencia visual, y también en casos de miopía, ambliopía (ojo vago), visión doble o estrabismos. Además, es útil también para casos de disfunciones de la lateralidad: del mismo modo que podemos ser diestros o zurdos de mano, somos diestros o zurdos de vista: siempre existe un ojo que domina sobre el otro.

Señales de alarma

La actividad cotidiana de un niño puede darnos pistas de la existencia de algún problema visual que requiere de atención. Por ejemplo, si se observa que el niño se acerca mucho a los libros o al cuaderno cuando escribe, o a la pantalla de la televisión, puede indicarnos la existencia de alguna anomalía. Pero existen otros signos y síntomas: Una distracción continuada al leer y baja comprensión lectora, una mala caligrafía, un exceso de fatiga o la aparición de dolor de cabeza al hacer alguna actividad que requiere visión cercana o si el niño invierte las letras (escribe “3” cuando debe escribir “E”, por ejemplo).

Otros síntomas que se observan son una tendencia a cerrar los ojos para mirar de lejos o fijarse en detalles lejanos, o la adopción de posiciones “extrañas” cuando lee o hace los deberes (cuello muy torcido, se tapa un ojo…). La existencia de alguno de estos síntomas, entre otros, hacen recomendable la visita a un especialista que precise el origen del problema y prescriba la solución más efectiva.

Podéis acceder al documento PDF con la página del Diario de Mallorca, aquí.

 

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Email

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

blog

También te podría interesar

Entrenamiento Visual Deportivo

Existen muchos jugadores, de fútbol, tenis, baloncesto o de cualquier otro deporte que tienen habilidades para llegar a la élite en sus respectivos deportes pero, sin embargo, no todos llegan. ¿Por qué unos llegan y otros no?