Terapia Visual en los problemas de aprendizaje

Desde que el niño es etiquetado con dislexia, TDA, TDAH, ‘niños vagos’ o, cuando el resultado académico no es acorde con el esfuerzo realizado existe la necesidad de valorar el estado visual por un Optometrista Comportamental. Desde este campo nuestra misión es saber si las dificultades de estos niños tienen una raíz visual, que sea lo que está bloqueando este proceso.

A frustrated, upset child, or child with learning difficulties.

Entonces, ¿qué relación tiene la visión con el aprendizaje? ¿Cuándo empieza a ser un factor importante en este proceso? Básicamente, tiene mucho que ver. Y desde el principio. Valoremos el proceso de lectoescritura. Para la lectura se necesitan una serie de habilidades visuales previas que aseguren que el niño posea las suficientes herramientas para enfrentarse a ese gran reto.

Las primeras fases de este procedimiento requieren grandes demandas de percepción visual, reconocimiento de formas y emparejamiento. Se da mayor énfasis en la identificación y recuerdo de palabras. Por tanto, para que un niño aprenda a leer, son determinantes los siguientes factores visuales:

  • Exacto control oculomotor.
  • Percepción de formas.
  • Discriminación visual.
  • Memoria visual.
  • Capacidad para integrar los estímulos auditivos y visuales.
  • Buena coordinación ojo-mano (escritura refuerza lectura).

Necesitamos muchas habilidades visuales desarrolladas, y no estamos hablando precisamente de agudeza visual. Además, esto no acaba aquí. Cuando ya saben leer y tienen que utilizar la lectura para aprender, la tarea cambia. Se comienzan a tener mayores tiempos de lectura, un tamaño de letra más pequeño y el análisis de las palabras pasa a ser de forma más automática, por lo que hay menos dependencia de la percepción de las formas. El énfasis se desplaza de la comprensión a la velocidad.

Cuando utilizamos la lectura como vehículo para aprender, los factores visuales importantes son:

  • La acomodación y visión binocular (determinantes).
  • El control oculomotor importante para mantener el sitio o continuidad de la información.
  • Papel decreciente de la percepción de las formas.

 

Muchos niños no están preparados visualmente para empezar el colegio y, sin embargo, se les exige cada día a edades más tempranas que empiecen a leer, con sistemas visuales inmaduros o sin las habilidades visuales necesarias.

Por ello, para evitar este tipo de problemas, se deberían realizar exámenes visuales completos antes de comenzar con la lectoescritura, donde realizamos una evaluación completa que involucre todas las áreas visuales que tienen relación con el aprendizaje.

Por un lado, una valoración de eficacia visual. Es decir, un examen de rendimiento que no solo tenga en cuenta la salud ocular y la agudeza visual de lejos, sino cómo funciona el sistema visual del niño y si le da el soporte necesario para rendir de manera eficaz.

Básicamente, nos preguntamos si la visión está interfiriendo en el aprendizaje. Aquí realizamos una batería de test que nos indique cómo es el rendimiento en cerca, la agudeza visual de cerca, la motilidad ocular, el sistema acomodativo y binocular e intentamos hacer una prescripción que mejore todas estas áreas. No buscamos prescripciones de lejos para ver más nítido, sino lentes de rendimiento que hagan que el sistema visual funcione de una manera más eficiente, como positivos, prismas gemelos o microprismas.

En segundo lugar, realizamos un examen del procesamiento de la información visual. Aquí incluimos pruebas motoras y no motoras que nos indiquen cómo funciona el niño en cada una de las áreas de procesamiento de la información visual, tales como discriminación visual, constancia visual de formas, relaciones visuo-espaciales, figura fondo, cerramiento visual, memoria visual, memoria visual secuencial, visualización localización espacial, integración visuo-motora, lateralidad, etc. Además, lo relacionamos con el resto de sistemas, como la información auditiva, el sistema vestibular. De esa manera nos hacemos una idea más global del funcionamiento del niño.

 

Sin tener en cuenta la etiqueta que traiga el niño, en nuestra evaluación observamos si tiene o no potencial de mejora. Si tenemos problemas de eficacia visual y habilidades visuoperceptuales bajas, nuestra intervención está indicada, ya que en niños con dificultades en el aprendizaje es primordial descartar que no haya una anomalía visual de base que esté desencadenando el problema de rendimiento.

Citando a nuestra compañera Pilar Vergara en su libro ‘Tanta inteligencia, tan poco rendimiento’: “Son niños etiquetados y en realidad son solo víctimas de la lectura, es decir, intelectualmente están preparados para leer, pero no visualmente”.

En cuanto al tratamiento, junto a la prescripción de rendimiento debemos enseñar al paciente a usar su sistema visual de manera eficiente a través de la Terapia Visual. Diseñaremos un programa de ejercicios individualizado, divertido, que involucre todas las habilidades visuales anteriormente mencionadas, que saque el máximo potencial en cada área, mejore las habilidades visuales específicas que el niño necesita mejorar, le dote de nuevas y mejores herramientas y, en consecuencia, mejore su capacidad de aprendizaje.

Optometrista Comportamental.
Audioprotesista.
Terapeuta TMR.
Terapeuta TOMATIS®.

 

 

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